Salva al pangolín
El mamífero más traficado
Los elefantes y los rinocerontes suelen ser la cara más visible del comercio ilegal de animales salvajes, pero el mamífero con el que más se trafica es una criatura mucho menos conocida: el pangolín. Más de un millón de ejemplares de pangolin han sido asesinados víctimas del tráfico de especies.
A menudo confundido con un reptil, el pangolín es un pequeño mamífero que habita en África y Asia y que es fácilmente reconocible por su armadura llena de escamas, motivo por el que en ocasiones ha sido apodado como “alcachofa andante”.
Tan curioso por ser el único mamífero del mundo con escamas como amenazado por el mismo motivo, esas pequeñas láminas que recubren su cuerpo son utilizadas en la medicina tradicional por sus supuestos efectos en la cura de enfermedades de la piel. Además, su carne se considera una exquisitez en algunas regiones de China, donde se cree que nutre los riñones.
Cuando se sienten amenazados por un potencial depredador, estas curiosas criaturas se recogen formando una bola acorazada, una medida de protección ineficaz frente a su principal amenaza: la caza furtiva. En las últimas décadas, la demanda de pangolines, y la consecuente caza para satisfacerla, ha aumentado de forma drástica, lo que ha llevado a este mamífero único hasta su práctica extinción.
¿Por qué están amenazados?
Los pangolines son víctimas del comercio ilegal a gran escala para alimentar la demanda de su carne y de las escamas que los protegen. En la última década, se estima que más de un millón de pangolines han sido cazados en la naturaleza para satisfacer la demanda asiática, sobre todo de China y Vietnam.
Como las cuatro especies de pangolín de Asia están en declive –se considera que al menos el 80% de los pangolines asiáticos han sido víctimas de la caza furtiva-, los traficantes están apuntando cada vez más a las cuatro especies de África. En la actualidad, las ocho especies están protegidas y dos de ellas clasificadas como “en situación crítica”.
En 2016, el Convenio CITES, que implica a más de 180 países, alcanzó un acuerdo para prohibir totalmente el comercio de pangolines, un gran paso para proteger a la especie de la extinción. Sin embargo, el tráfico ilegal de la especie continúa.
¡Firma la petición y ayúdanos a luchar contra el tráfico de animales!
Los elefantes y los rinocerontes suelen ser la cara más visible del comercio ilegal de animales salvajes, pero el mamífero con el que más se trafica es una criatura mucho menos conocida: el pangolín. Más de un millón de ejemplares de pangolin han sido asesinados víctimas del tráfico de especies.
A menudo confundido con un reptil, el pangolín es un pequeño mamífero que habita en África y Asia y que es fácilmente reconocible por su armadura llena de escamas, motivo por el que en ocasiones ha sido apodado como “alcachofa andante”.
Tan curioso por ser el único mamífero del mundo con escamas como amenazado por el mismo motivo, esas pequeñas láminas que recubren su cuerpo son utilizadas en la medicina tradicional por sus supuestos efectos en la cura de enfermedades de la piel. Además, su carne se considera una exquisitez en algunas regiones de China, donde se cree que nutre los riñones.
Cuando se sienten amenazados por un potencial depredador, estas curiosas criaturas se recogen formando una bola acorazada, una medida de protección ineficaz frente a su principal amenaza: la caza furtiva. En las últimas décadas, la demanda de pangolines, y la consecuente caza para satisfacerla, ha aumentado de forma drástica, lo que ha llevado a este mamífero único hasta su práctica extinción.
¿Por qué están amenazados?
Los pangolines son víctimas del comercio ilegal a gran escala para alimentar la demanda de su carne y de las escamas que los protegen. En la última década, se estima que más de un millón de pangolines han sido cazados en la naturaleza para satisfacer la demanda asiática, sobre todo de China y Vietnam.
Como las cuatro especies de pangolín de Asia están en declive –se considera que al menos el 80% de los pangolines asiáticos han sido víctimas de la caza furtiva-, los traficantes están apuntando cada vez más a las cuatro especies de África. En la actualidad, las ocho especies están protegidas y dos de ellas clasificadas como “en situación crítica”.
En 2016, el Convenio CITES, que implica a más de 180 países, alcanzó un acuerdo para prohibir totalmente el comercio de pangolines, un gran paso para proteger a la especie de la extinción. Sin embargo, el tráfico ilegal de la especie continúa.
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